viernes, 10 de mayo de 2013

Minimizando las burlas


Minimizar las burlas: como pueden ayudar los padres a sus niños
Los niños que son burlados en un autobús escolar, en la clase, o durante el recreo a menudo no quieren ir a la escuela. Desafortunadamente, las burlas pueden ocurrir en todas partes, es difícil impedirlas - a pesar de los mejores esfuerzos de los padres, profesores y administradores escolares para crear un ambiente más cooperativo (Ross, 1996).
La mayoría de los niños se disgustan automáticamente si ellos son llamados por un nombre o ridiculizados de algún modo. Los padres no siempre pueden proteger a sus niños de estas situaciones dañinas, pero ellos pueden enseñar a sus niños estrategias útiles de como hacer frente a las burlas.
Los chicos que aprenden estas habilidades a una edad temprana pueden estar mejor preparados para desafíos sociales más significativos y conflictivos en sus años de adolescente y preadolescente.
Este resumen habla sobre los diferentes tipos de burlas, el por qué de que los niños se burlan de otros niños, y las estrategias para ayudarles tanto a los padres como a los niños.

Tipos de bromas
No toda las burlas son dañinas - la broma como juego puede ser divertida y provechosa. Las burlas y ser el objetivo de ellas pueden ayudar a los chicos a desarrollar habilidades sociales que ellos precisarán en la adolescencia y en la adultez (Ross, 1996).
La broma de buen gusto ocurre cuando esto hace que cada uno sonría o se ría, incluso la persona que está siendo bromeada. Por lo contrario, la broma hiriente incluye burla, insultos, humillaciones, y decir o hacer cosas molestas. A diferencia de la broma con buen humor, la broma hiriente puede hacer que la persona que esta siendo burlada se sienta triste, dolida, o enojada. La burla más hostil, que puede incluir el tormento o el acoso, puede requerir la intervención del padre, la persona que cuida del niño, profesor, o administrador escolar.

Porqué los niños hacen bromas
Los niños hacen bromas por diferentes motivos:
Atención: La burla es un buen modo de recibir la atención negativa, y, desafortunadamente, para muchos niños, la atención negativa es mejor que ninguna atención.
Imitación: Algunos niños modelan o imitan lo que les pasa en sus casas a través de actos de la misma manera que otros en la escuela o en la vecindad. Estos son niños que pueden ser burlados por hermanos o quiénes experimentan una agresiva o áspera crianza de sus hijos.
Sentimientos de Superioridad o Poder: Muchos bromistas se sienten superiores al rebajar a otros, o pueden sentirse poderosos cuando la burla molesta a otros.
Aceptación de los Pares: Es bastante común ver a niños participar en el comportamiento de las burlas porque ellos pueden percibirlo como la cosa "buena" que hay que hacer. Esto puede ayudarles a sentir la aceptación por parte de un grupo. La necesidad de pertenencia puede ser tan fuerte, que un niño puede molestar a otros para ser aceptado por los niños "populares".
Malentendido de Diferencias: La falta de comprensión de "diferencias" puede ser el factor subyacente de algunas burlas. Muchos niños no están familiarizados o no entienden diferencias culturales o étnicas. En algunos casos, un niño con un impedimento físico o una discapacidad de aprendizaje puede ser el objetivo de las burlas por ser diferente. Algunos niños critican a todo aquel que es diferente en lugar de tratar de aprender o entender lo que hace especiales a los otros.
Influencia de los Medios: Uno no puede hablar de las razones por el cual el niño hace bromas pesadas, sin reconocer la poderosa influencia de los medios de comunicación. Nuestros niños están frecuentemente expuestos a burlas, humillaciones, sarcasmo, y una falta de respeto en muchos de los programas de televisión dirigidos a los niños. 

Como pueden ayudar los padres – Estrategias para ellos
Cuando su niño experimenta la burla, es importante ver el problema del punto de vista del niño. Siéntese y escuche atentamente a su niño de un modo no crítico. Pida a su niño describir la broma. ¿Dónde pasa? ¿Quién es el que lo molesta? Entienda y valide los sentimientos de su niño. Podría ser útil para relacionar su experiencia de burlas cuando era niño.
Las siguientes estrategias también pueden ayudar:
  1. No reaccionar de manera exagerada. La reacción exagerada de un padre puede causar a un niño reaccionar de la misma forma.
  2. Comunique el mensaje, "Usted puede manejarlo." Incentive al niño a estar con otros niños que lo hagan sentirse bien, no mal.
  3. Examine su propio comportamiento. ¿Modela usted el comportamiento "de una víctima", o molesta usted a su niño inapropiadamente?
  4. Enseñe o revea y practique las estrategias que se mencionan a continuación.
  5. 

Las estrategias que los padres pueden enseñar a los niños
La burla no puede ser prevenida, y los niños no pueden controlar lo que los otros dicen; sin embargo, pueden aprender a controlar sus propias reacciones. Los padres pueden enseñar a sus niños las estrategias simples, esto les da autoridad y reducirán sus sentimientos de impotencia. Cuando los niños se dan cuenta que hay estrategias eficaces que ellos pueden usar en situaciones de burlas, sus habilidades de adaptación son reforzadas.
Auto-conversación: aliente a los niños a pensar en lo que pueden decir ante una situación burlona. Un niño podría decirse a si mismo, "incluso aunque no me guste esta broma, puedo manejarlo”. Un niño debería preguntarse, "¿es verdad la broma?”. A menudo no lo es.
Otra pregunta importante es, ¿Que opinión es más importante... la del embromador o la mía?
También es útil para el niño del que se burlan pensar en sus cualidades positivas para impedir los comentarios negativos.
Ignorar: las demostraciones de ira o dolor a menudo invitan a más burlas; por lo tanto, a veces es eficaz para los chicos no hacer caso a la persona que se burla. El niño que está siendo molestado no debería mirar o responder al emisor. Los niños deberían tratar de fingir que el que molesta es invisible y actuar como si nada ha pasado. De ser posible, alejándose de la persona burlona. Los padres pueden actuar "ignorando" a sus niños y elogiando a otros niños por su excelente “comportamiento”. Debería notarse que la ignorancia puede ser eficaz en situaciones de fastidios prolongados.
El Mensaje: el "mensaje" es un camino acertado para que los niños expresen con eficacia sus sentimientos. El niño expresa como se siente, lo que ha causado que se sienta de tal modo, y lo que le gustaría que otros hagan de diferente. Por ejemplo, un niño podría decir, "me siento disgustado cuando tu te ríes de mis anteojos. Me gustaría que te detengas." Esta estrategia generalmente funciona mejor cuando es expresada en una situación más estructurada o supervisada, como un aula. Cuando es usada en otras situaciones, como en el recreo o en el autobús escolar, esto puede conducir a más bromas cuando la persona que molesta percibe que el niño está disgustado. Sin embargo, esto es una habilidad fácil de enseñar a niños para ayudarles a hacer frente a muchas situaciones. El niño debería aprender a hacer el contacto con el ojo, hablar claramente, y usar un tono de voz amable.
Visualización: muchos niños pequeños responden bien a la visualización de palabras "saltan" de ellos. Se les proporciona la imagen de no tener que aceptar o creer lo que se dice. Otra visualización eficaz para un niño es fingir que él tiene un escudo a su alrededor que lo ayudara a prevenir que las burlas y malas palabras lo afecten. Una vez más, esta técnica otorga a los niños el mensaje de que ellos pueden rechazar estas humillaciones.
Replanteamiento: replanteamiento al cambio en cuanto a la percepción sobre el comentario negativo; es decir que se está convirtiendo la burla en un elogio. Por ejemplo, un niño molesta a otro acerca de su anteojos, "cuatro ojos, cuatro ojos, tienes cuatro ojos". El niño que es victima de aquella burla podría responder educadamente:  "¡Gracias por notar mi gafas!". Generalmente el niño que burla al otro queda confundido, sobre todo cuando no hay una reacción de ira o frustración. Otro niño podría responder al niño que fastidia diciendo "es una gran observación ofensiva".
Esté de acuerdo con los hechos:  concordar con los hechos puede ser uno de los modos más fáciles de manejar un insulto o burla (Cohen-Posey, 1995). El niño que fastidia dice, "Tu tienes muchas pecas". El niño que es burlado responde, "Sí, tengo muchas pecas". Los insultos de una persona que molesta, "Tu lloras como un bebe....". El niño burlado puede contestar, "lloro realmente fácil".  El acuerdo con los hechos generalmente elimina la sensación de querer ocultar las pecas o las lágrimas.
"¿Qué?": la respuesta de "¿que?" a la persona que pretende molestar transmite tal indiferencia que la burla no importa. Los niños encuentran esta respuesta simple, pero muy eficaz.
Responda a la burla con un elogio: cuando un niño es burlado, es a menudo eficaz responder con un elogio. Por ejemplo, si un niño es burlado sobre el modo en que corre, él puede contestar, "Tu eres un corredor muy rápido."
Utilice humor. El humor muestra que poca importancia es destinada a las humillaciones o comentarios medios..Las risas a menudo pueden convertir una situación hiriente en una divertida.
Pida ayuda. A veces, es necesario que un niño busque la ayuda o intervención de adultos si la persona que molesta es persistente.
Cuando la burla se convierte en acoso
La mayoría de los tipos de burlas pueden ser tratados con efectividad por los niños que participan, a veces con la ayuda de los padres, cuidadores, maestros, trabajadores sociales, o consejeros.La burla se convierte en acoso, sin embargo, si es repetida o prolongada, la amenaza o la violencia en los resultados, o implica contacto inapropiado o contacto físico.Los adultos deben estar alertas ante la posibilidad de acoso e intervenir cuando sea necesario si es sospechado o previsto.. En tales casos, puede ser necesario involucrar a administradores y padres para determinar el curso de acción adecuado para poner fin al acoso.

Conclusión
Usted puede ayudar a sus hijos a entender que las burlas no se pueden prevenir, y no pueden controlar lo que otros dicen. " Sin embargo, pueden aprender a controlar sus propias respuestas y reacciones, que "calmaran la burla".

Cuando se burlan de nuestros hijos....


Definición
Burla es toda acción o palabra realizada con el propósito de poner en ridículo a una persona.
Casi todos los niños tarde o temprano tienen que enfrentarse a las burlas. Burlas por lo general hechas por sus compañeros de clase, por sus amigos y en algún caso por sus propios hermanos. Para la mayoría de los niños las burlas de los demás es un fenómeno temporal, y pueden manejarlas sin grandes dificultades. Pero para otros, para algunos niños más vulnerables, las burlas son algo frecuente, en ciertos casos habitual, difícil de soportar. Las burlas pueden causar mucho dolor en los niños, y pueden afectar su amor propio y la manera en que se comunican con la gente.
Causas
Esta dificultad en encajar burlas puede ser debida:
  • a que el niño se encuentra diferente a los demás (más gordo, más moreno, más bajo, más alto)
  • a que el niño sabe que actúa diferente (es zurdo, cojea, tartamudea, habla con acento, tiene una religión diferente de la mayoría)
  • el niño reacciona mal frente a las burlas de manera que provoca más burlas.
Cuando las burlas son frecuentes, las víctimas necesitan ayuda para sobrellevarlas y también se puede enseñar a pararlas. Esta ayuda puede provenir de los padres o de los profesores o de psicólogos especializados.
Pautas para padres:
Los padres deben tener en cuenta que tarde o temprano casi todos los niños serán víctimas de alguna burla.
  • Para prevenir el sufrimiento:
    • Refuerce su seguridad con amor.
    • Inculque a sus hijos sentido del humor desde pequeños.
    • Practique a menudo el arte del chiste.
    • Procure aumentar en sus hijos la capacidad de reírse de sí mismos.
    • Enséñeles a no tener miedo al "qué dirán". Y en casos de niños muy sensibles, o si las burlas ocurren por un período de tiempo excesivo, la intervención de los padres es aconsejable.
  • Para ayudar a superar las burlas:
    Lo mejor que los padres pueden hacer para ayudar a sus hijos cuando se burlan de ellos es enseñarles maneras apropiadas para responder a las burlas. A continuación se ofrecen algunas pautas que los padres pueden hacer para ayudar a sus hijos con las burlas.
Busque información.
Los padres deben averiguar detalles de las burlas por medio de sus hijos. Por ejemplo, deben averiguar la razón de las burlas, donde ocurren, como han reaccionado sus hijos, y qué sucede después de la ocurrencia. Los padres deben tratar de llevar una cuenta de esta información durante unos días para conocer la causa que provoca las burlas, si sus niños hacen cosas que las provocan, y si suceden regularmente.
Enseñe respuestas apropiadas.
Hay muchas cosas que los niños pueden hacer para responder a las burlas sin burlarse de otros:
Ignorarlas.
Muchos niños burlones se dan pronto por vencidos cuando se dan cuenta que no tienen audiencia. Los padres pueden enseñar a sus hijos a ignorar las burlas dándose media vuelta y retirándose sin decir nada. También pueden enseñar a ignorarlas replicando con un viejo refrán castellano "A palabras necias, oídos sordos". Los padres deben asegurarse de que sus niños sean firmes en este comportamiento, ya que al principio el niño burlón tratará más de hacer que el niño vulnerable reaccione, por esto es importante que sean firmes y no reaccionen. No tardará mucho tiempo hasta que el niño burlón se dé por vencido.
Aprender respuestas rápidas.
Algunas veces una respuesta rápida confundirá al niño burlón. Pero es importante que esta respuesta no sea en forma de burla o decirle al otro niño un insulto. Si las burlas son a menudo iguales, los padres pueden enseñar a sus hijos respuestas específicas. Por ejemplo, a la broma "Tu usas botas de soldado," el niño puede responder "¡Claro¡ porque soy valiente¡." O si las bromas son diferentes los niños pueden decir, "Yo sé que quieres que me enfade, pero no me importa lo que dices, no te va a funcionar."
Jugar a las burlas.
Es importante que los padres practiquen jugando con sus hijos cualquier respuesta que se les ocurra. Pueden actuar ciertas situaciones. Ridiculizando en casa al niño burlón. Los padres pueden interpretar el papel, diciendo las cosas a sus hijos de la manera en que un niño burlón lo haría, y hacer que sus hijos practiquen las respuestas. Esto no solo ayudará a que los niños superen las burlas. Como resultado de este juego, las burlas seran menos efectivas. También ayudará a que los niños desarrollen maneras apropiadas de responder a las burlas. Cuanto más practiquen jugando respuestas apropiadas, mayor es la probabilidad de vencer al niño burlón.
Proporcione mucho amor y comprensión.
Una vez que los niños han explicado en casa su problema comente de con frecuencia: "cuando yo era pequeño también había en clase un niño que me llamaba…y yo le decía….". Con sus comentarios procure que su hijo se sienta no sólo amado sino también comprendido. Tiene que encontrar un método que funcione, busque con esfuerzo historias de burlas con final feliz. Los padres deben sobretodo asegurarse de que sus hijos comprenden bien cuán orgullosos se sienten de ellos cada vez que tratan de resolver situaciones burlonas difíciles.
Si las burlas suceden en la escuela o en la guardería, hable con el maestro o la persona encargada de los niños. El o ella también deben ayudar.
Pautas que pueden realizar los profesores:
  • Hablar en clase sobre el significado de las burlas. Porque no sólo sufre el niño vulnerable, el niño burlón también sufre -y mucho- en su psiquis con este mal comportamiento.
  • Contar cuentos donde las burlas sean superadas..Por ejemplo "El patito feo"
  • Poner películas donde el comportamiento de las burlas se afee o salga mal parado. Por ejemplo en "Dumbo" los compañeros se ríen al principio de las grandes orejas que tiene el elefantito.
  • Jugar a las burlas entre compañeros. Cada niño tiene que hacer una gracia del siguiente, y el último del profesor o profesora.
  • Corregir al burlón en público.
  • En casos graves consultar con el psicólogo de la escuela.

Mas ayuda para nuestros niños

La risa y el buen humor es la mejor y más barata de las medicinas y combate, cuando menos, el mal humor. Los niños lo descubren de forma espontánea pocas semanas después del nacimiento. Esa primera sonrisa despierta en nosotros la mayor de las ternuras y los mejores sentimientos. Durante toda la infancia, la risa le acompañará y llenará nuestro hogar de uno de los sonidos más bellos. Cabe preguntarnos entonces si, como padres, cuidamos que nuestros hijos cultiven ese maravilloso sentido que es el del humor. ¿Procuramos que aprendan a reírse sin dañar a otros? ¿Cuidamos de que puedan ver en sus errores y en los nuestros una oportunidad de mirar las cosas con perspectiva? ¿Pasamos tiempo con ellos divirtiéndonos?
"Sólo hay un rincón del universo
que usted puede estar seguro de mejorar: usted mismo"
 Aldous Huxley


El sentido del humor es necesario en la vida familiar tanto como la disciplina, la educación o los valores. Las relaciones entre padres e hijos que permiten y dedican tiempo a las diversiones, el buen humor y la risa son más sanas, menos tensas y más cordiales.

El sentido del humor es un sentido eminentemente humano.

Nos permite ver los problemas en su dimensión correcta, ni sobrestimados ni subestimados. Saber reírnos de nuestros errores y asperezas facilita reconducir situaciones que, de otro modo, aumentarían las tensiones y los conflictos.

La risa es una de las expresiones que más beneficios aporta a la persona:
  • Es la expresión de la alegría.

  • Activa la producción de endorfinas, transmisores químicos que aportan al cerebro alivio y bienestar.

  • Libera tensiones.

  • Provoca una respuesta emocional única orientada a la alegría y al bienestar.

  • Aumenta la captación de oxígeno.

  • Crea un ambiente positivo y cordial.

  • Nos ayuda a poner los problemas en perspectiva.


A los niños les encanta reír, les gustan las bromas, les expresiones de buen humor y la alegría.

A los padres nos es bastante fácil hacerles reír cuando son bebés, pero a medida que crecen y empezamos a sentir la responsabilidad de su educación podemos, poco a poco, alejarnos de las expresiones diarias de alegría con que nos dirigíamos a ellos cuando eran pequeños. Nos ponemos perfeccionistas y, llevados por la tensión y el estrés, pasamos la mayor parte del tiempo corrigiendo de forma reactiva o haciendo énfasis en los errores, los conflictos y las dificultades que, por otro lado, son características de seres en continuo aprendizaje y crecimiento.

Y nos olvidamos de pasar tiempo con ellos divirtiéndonos. Dejamos de lado la alegría y el buen humor que tanto nos pueden ayudar en su educación. Y dejamos, por ende, de ser modelos de personas alegres y divertidas, dignas de ser imitadas por nuestro alto sentido del humor. Conviene recordar que los niños aprenden, sobre todo, por imitación, y cuanto más dignos de crédito son los modelos a imitar, mejor y más duradero será el aprendizaje.

Seamos conscientes de que la alegría y el buen humor también se educan.

A los niños les encanta reír y les encantan las bromas. Las familias que logran pasar tiempo divirtiéndose juntas crean vínculos de relación más estrechos y duraderos. Es conveniente, por tanto, pasar tiempo juntos en actividades lúdicas a menudo. Recuerdo una niña de siete años que, tras un paseo invernal por la playa con su papá y sus hermanos en el que jugaron y corrieron todo el tiempo, al regresar a casa hizo un dibujo que lograba transmitir con enorme fuerza, los intensos momentos de diversión que acababa de vivir.

Los padres podemos enseñar a nuestros hijos a no sobredimensionar los problemas a través del buen humor y la alegría.

En cierta ocasión, tras un largo viaje, un paquete de cacao en polvo se abrió dentro de nuestra maleta de ropa manchándolo todo. En el momento en que lo vimos podíamos habernos quejado y lamentado por la ropa, etc., En vez de eso, empezamos a reír y a ver el lado divertido del asunto, comentando que tendríamos que meter los pantalones en el vaso de leche para aprovechar el cacao, o que tal vez la mejor idea sería vaciar la leche directamente en la maleta y tener un montón de leche chocolateada!!! Nuestros hijos aún recuerdan el incidente con risas y en su momento, lo comentaron con los amigos como algo tremendamente divertido.

A lo largo del día tenemos muchas oportunidades de vivir nuestra relación con los niños de forma alegre y divertida, pero hemos de ser capaces de reconocerlos y de vivirlos sin miedo a que las normas o la disciplina se vean afectadas. Un padre o una madre divertidos y alegres son tan o más dignos de crédito que aquellos padres huraños y culpabilizadores. De hecho, a nosotros mismos nos es mucho más grato compartir nuestro tiempo con personas de trato alegre y cordial que con aquellas que siempre se quejan o protestan por todo.

Pero lo que hemos de evitar es reírnos de los niños.

Si nos reímos de sus errores, podemos menoscabar su autoestima dado que se encuentran todavía en una etapa inmadura en la que necesitan afianzar la confianza en sí mismos. Frente a un error deberemos primero saber qué opina nuestro hijo de lo sucedido y después podremos ayudarle a ver el lado divertido del asunto puesto que ya conocemos sus sentimientos.

Es recomendable también comprobar el tipo de humor que ven nuestros hijos en los programas de televisión.

A menudo se utiliza un humor que daña a los demás para hacer reír. Es necesario que mostremos a nuestros hijos que, aunque sea divertido, nunca podemos reírnos a costa del dolor producido a otros. Será necesario hacerles ver que a ellos tampoco les gusta ser blanco de risas y burlas por más divertido que pueda parecer. Este aprendizaje elemental les ayudará a aprender cómo ser divertidos y simpáticos sin perder la empatía (capacidad social básica que nos permite saber cómo se siente el otro y actuar en consecuencia).



Por último, recordar algunos juegos y actividades que nos permitirán educar el sentido del humor en nuestros hijos:
  • Guerras de cosquillas.
  • Batallas de almohadones.
  • Jugar al escondite dentro de casa.
  • Hacer ejercicio físico juntos.
  • Esperar a papá o a mamá escondidos por casa y darle un susto.
  • Ver juntos películas de risa.
  • Hacer comentarios divertidos manteniendo nuestra expresión seria.
  • Salir a pasear y a jugar.
  • Contar chistes.
  • Hacer preguntas aparentemente absurdas: ¿alguien quiere un helado de anchoas?, etc.
  • Vestirnos intencionadamente con una prenda al revés o con dos zapatos distintos.
  • Leer juntos tebeos o cómics divertidos.
  • Contar anécdotas de nuestra infancia.
  • Recordar las cosas divertidas que nuestros hijos hacían cuando eran bebés.
Son sólo algunas ideas que nos permitirán responder a la gran necesidad de alegría que nuestros hijos y nosotros tenemos.

Seamos conscientes de que el sentido del humor nos permitirá ser una familia que acepta la vida tal y como es (¡aunque no se conforme con ella!), aportando soluciones creativas ante situaciones que de otro modo mermarían nuestras relaciones o nuestros estados de ánimo.

Atrevámonos a ser divertidos, seamos capaces de reírnos de nuestros propios errores y de nuestras propias incapacidades mostrando a nuestros hijos cómo crecer y mejorar como personas sin perder el sentido del humor.


jueves, 2 de mayo de 2013

Desarrollo de la sexualidad de nuestros hijos

¿Los hermanos pueden bañarse juntos? ¿Hasta qué edad pueden vernos sin ropa? La relación de nuestros hijos con el pudor es un tema que nos llena de dudas. Reflexiones y la opinión de especialistas. No dejes de leer este artículo cedido por la Revista Sophia para las socias de materna.

Los hijos y el pudor¿hasta cuándo estar desnudos?
 
A muchos de nosotros nos toma desprevenidos la situación en que un hijo nuestro se acerca y nos dice que quiere ver alguna parte de nuestro cuerpo. Si nos bañamos en familia cuando es bebé, ¿cuál es la edad justa en la que esa práctica ya no es conveniente?

¿Pudor? ¿Sexualidad? ¿Erotismo? Son muchas las cuestiones que entran en juego, porque al tratar estos temas en nuestros hijos, de alguna manera revivimos nuestra propia relación con el cuerpo.
 
Pocas son las investigaciones sobre la conveniencia o no de mostrarse desnudo frente a los hijos. La mayoría no tiene bases científicas y se sostiene en recuerdos de adultos sobre experiencias de la niñez. Además, son teorías que muchas veces están más atadas a ideologías –como el nudismo o una religión– que a demostraciones empíricas reales.
 
 
Según el Journal of Pediatrics , una de las publicaciones más respetados en el mundo de la pediatría, “los hijos cuyos padres dan piedra libre a dormir en la misma cama, a bañarse juntos o a mostrarse desnudos suelen tener mayores niveles de conductas sexuales”.

Gordon y Schroeder, dos investigadores de trayectoria, opinan que no hay nada inherentemente malo en bañarse con los chicos o aparecer desnudos frente a ellos. De hecho, esto puede convertirse en la oportunidad de brindar información importante. Pero a partir de los 5 o 6 años, los hijos empiezan a manifestar el sentido del pudor y, por lo tanto, es recomendable empezar a disminuir estas prácticas.
 
En definitiva, la polémica está centrada en una definición. Para un grupo, la desnudez no es sinónimo de sexualidad; para otros, sí: el cuerpo desnudo puede erotizar.
 
la hora de mirar el pasado, existen numerosas obras de arte –de diversas culturas y períodos históricos– que muestran a adultos y niños desnudos juntos con absoluta naturalidad. Estas actitudes han cambiado a lo largo del tiempo. La pornografía infantil es tema de preocupación en nuestros días, incluso en el arte. En mayo de 2008 la policía de Sidney, Australia, levantó una exhibición del fotógrafo Hill Henson donde se mostraban retratos de chicos desnudos. La razón esgrimida fue que existía una sospecha de pornografía infantil.

Obviamente, el asunto tiene muchas aristas. A veces, el tema no es un cuerpo desnudo en sí, sino la carga que tiene para un chico, según la etapa evolutiva que esté viviendo. Estos tiempos de desarrollo son dignos de ser considerados y, sobre todo, respetados, para que nuestros hijos crezcan sanos y felices
 
 Los tiempos del crecer
 
En primer lugar, es necesario destacar que cada cultura tiene sus propias costumbres. Para algunos pueblos indígenas, el nudismo es algo natural, y eso no se cuestiona: es cultura y se respeta. “La desnudez es un tema cultural que cada familia resuelve a su manera. En otros países, todos andan desnudos en familia y, como están acostumbrados, nadie se ríe, nadie tiene vergüenza, nadie se incomoda. En nuestro medio, es habitual que las madres no nos mostremos desnudas, aunque los padres se muestran un poco más con sus hijos varones”, dice Maritchu Seitún de Chas.
 
En ese sentido, es bueno conocer las etapas que los chicos están viviendo: no es lo mismo un bebé que un chico de 6 años. “La sexualidad empieza desde el nacimiento, pero no la erotización. Hasta los 2 años no hay problema en mostrarse desnudos, pero después de esta etapa la desnudez de los padres puede excitar en exceso a los chicos y no es conveniente. Los padres tienen que explicar a los hijos que hay zonas que son privadas de cada uno, que uno tiene que mostrarse de acuerdo con su deseo, pero que no es lo habitual mostrarse como uno vino al mundo, porque cada uno tiene su intimidad y sus momentos personales para la desnudez”, explica Angela Nakab, médica pediatra y secretaria del Comité de Familia y Salud Mental de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
 
Los padres sabemos, y sobre todo las madres, porque son las protagonistas en esta etapa, que en los primeros meses de vida el contacto corporal es fundamental, cuando el bebé todavía no se da cuenta de que es un cuerpo diferenciado de la madre. Son tiempos de arrumacos, de proximidades indispensables. Pero a medida que pasan los meses, las fronteras entre los cuerpos comienzan a dibujarse hasta que quedan establecidas para siempre. Tomar esa distancia es parte de crecer. Sin embargo, la pregunta es ésta: ¿cuál es el grado apropiado de intimidad entre esa madre y ese hijo?

Dicen los expertos que la señal del límite es la incomodidad: de la madre, cuando siente que le resulta incómodo que su hijo de 3 años le quiera meter la mano dentro del corpiño; de la hija, cuando le dice al padre: “Papá, no me mires”, a la típica edad de 6 años, cuando el pudor asoma.
 
“Es muy habitual que cuando los chicos están en la etapa de amamantamiento le toquen las mamas a la madre; es parte del juego oral. Cuando se supera esta etapa, la madre tiene que poner claramente las normas y decir qué parte del cuerpo se puede tocar y cuál no, de manera cariñosa y amable. Esto se da aproximadamente a partir del año y ocho meses”, dice la especialista

Los chicos siempre tienen sexualidad; sienten placer ante el tacto desde que nacen. “En cuanto a las caricias, no tienen por qué erotizar al niño si son maternales, espontáneas y amorosas. En definitiva, la carga la da el adulto al tocar. Los dos primeros años de los chicos son a través del placer, de la boca, del chupar. Ésta es la manera que tiene el niño de conocer el mundo que lo rodea. Pero a medida que va creciendo, es función del padre y de la madre decir hasta dónde se puede”, insiste la doctora Angela Nakab.

Establecer la diferencia 
El primer contacto con el hijo es corporal; es una prolongación de los cuerpos, y sólo cuando se van diferenciando empieza a registrarse la desnudez. “La desnudez tiene que ver con la intimidad, con el propio cuerpo. Algunos espacios se comparten sólo con la pareja y otros ni siquiera con la pareja. La relación desnudez-erotismo-placer entre padres e hijos está vedada. Así como hay caricias que se dejan de hacer, también hay cosas que se dejan de mostrar. Y el exceso se presenta cuando no hay diferenciación, cuando no aparece el pudor, que es el reconocimiento del otro como otro distinto de mí. Cuando falla el límite ante la desnudez, eso puede traer dificultades.

Si se trata de fijar una edad en la que los espacios de intimidad ya deben estar incorporados, ésta ronda los 6 o 7 años. No sólo es importante ser fiel al sentimiento de pudor de los adultos.

También es pertinente respetar los límites que van expresando los chicos. Cuando comienza el período de latencia, comprendido entre la declinación de la sexualidad infantil y el comienzo de la pubertad (ver "Desarrollo de la sexualidad de los hijos"), surge el pudor en el chico; podríamos decir que ya están atravesados por la cultura. Y una de las normas de la cultura impide que la gente ande desnuda delante de todo el mundo... ni siquiera andamos desnudos en nuestra casa. Eso se reproduce ante los chicos. No respetar su intimidad es infantilizarlos, y es una falta de respeto a su crecimiento”, afirma la psicoanalista Cristina de Marco.
 
Es importante que los padres empiecen a mostrar el límite de lo que es el cuerpo de uno y el cuerpo del otro. Ésta es la mejor manera de abrir la puerta del cuidarse, ser respetado y tener autoestima positiva. “De la misma manera que la madre respeta el cuerpo del hijo, el hijo tiene que respetar el cuerpo de la madre. Se empieza desde que son chiquitos, cuando la mamá le dice ‘ahora te voy a cambiar’, ‘ahora te voy a lavar el pito’, y cuando a medida que van creciendo los va dejando que lo hagan solos. Vale la pena, entonces, que los padres anticipen lo que van haciendo, como pidiendo permiso, porque el cuerpo es personal. Hay padres nudistas que lo consideran normal –son posturas ideológicas–, pero la mayor parte de la sociedad tiene que mostrar el concepto de privacidad dentro de la familia: golpear la puerta para entrar en el cuarto, no interrumpir un momento íntimo.
 
Cuando los padres muestran respeto hacia el espacio personal del otro, el niño lo aprende, y es una manera de prevenir el abuso, el maltrato, el poder de uno sobre otro”, explica Angela Nakab. Según el diccionario la palabra pudor designa el rechazo a mostrar lo que debe permanecer velado. Preserva la intimidad de la persona. “Respetemos el pudor y la intimidad de nuestros hijos”, concluye Seitún de Chas.
 
 
Preguntas frecuentes
 

1) María tiene 5 años y le dice a su papá que quiere conocer su pene. ¿Qué hacer?
Responde Eva Rotenberg, directora de la Escuela para Padres: Considero que no hay que mostrarlo porque lo que la nena quiere es entender algo acerca de la diferencia sexual y esto no se aprende viendo al padre desnudo, ya que su cuerpo es muy diferente del de los varoncitos de su edad; si lo mostrara, se estaría trasgrediendo el respeto por la diferencia generacional y se favorecería un vínculo “demasiado” próximo.
 

2) ¿Hasta cuándo podemos bañarnos con los chicos en la bañadera?
Responde la psicóloga Maritchu Seitún de Chas: Hasta que aparezcan las risitas curiosas, lo que suele ocurrir a partir de los 2 años. En familias donde el desnudo es habitual esto quizá no suceda nunca. Los órganos sexuales de los padres (que son enormes para los chicos) están justo a la altura de los ojos de los más chiquitos. No hay que horrorizarse si los chicos entran en el baño, pero tampoco favorecerlo. Lo mejor es enseñarles desde chiquitos a golpear puertas y a pedir permiso.
 

3) Muchos padres se dan besos en la boca con sus hijos. ¿Está bien? ¿Hasta cuándo?
Responde la psicóloga Maritchu Seitún de Chas: Son costumbres. A mí me parece confuso e innecesario, porque pueden confundirse y sentir cosas que los asusten, pero en las familias en que ocurre suelen ser piquitos sin connotaciones eróticas, y nada excitantes. Yo prefiero dejar los besos en la boca para los adultos, explicándoles a los chicos que ellos también van a crecer y se los van a dar con sus novios/as o cónyuges, que sepan esperar y que disfruten la vida y la infancia sin apuro.
 

Isabel Martínez de Campos

Según Maritchu Seitún de Chas existen las siguientes etapas
 
• Los primeros dos años son de investigación: Tocan y miran, sin connotaciones sexuales, salvo que los padres pongamos las nuestras, por nuestra incomodidad o vergüenza.
 
• Hasta los 3 años debemos intentar no darles información negativa sobre la sexualidad(“No te toques, chancho”): A partir de esa edad comienza la educación sexual positiva. Hay curiosidad, descubrimientos casuales, placer parecido a cosquillas al tocarse.
 
• Entre los 4 y los 5: Aparece el interés por las diferencias entre varón y mujer, los deseos de identificación con su mismo sexo, la rivalidad con el progenitor del mismo sexo; empiezan a jugar varones con varones y nenas con nenas, y se acentúan las investigaciones relacionadas con la sexualidad. Aparecen las primeras manifestaciones de pudor, en especial con los extraños. No se dejan ver desnudos ante ellos, y menos aún permiten que los examinen o pregunten por sus genitales.
 
• La curiosidad lleva a veces a juegos sexualizados (doctor, papá y mamá, comparar sus órganos sexuales): El juego y la investigación de los órganos sexuales forma parte del desarrollo normal de los preescolares. La tarea de los adultos es no facilitar las oportunidades, cuidando que las puertas permanezcan abiertas, que no se queden solos y juntos mucho rato, para que el juego siga siendo juego. Adultos en vigilia (despiertos y atentos), no vigilantes y controladores.
 
• Alrededor de los 6 empieza la latencia: El interés por la sexualidad entra en reposo. Para que esto ocurra, tienen que haber entendido y elaborado estos temas. Quieren ser independientes en los hábitos de higiene que tienen que ver con sus genitales. Ya hay un completo control de esfínteres.
 
• Pubertad: Aparece desde los 10 u 11 años en adelante. Les molesta ser vistos desnudos, incluso por personas de confianza, como sus padres; deciden bañarse solos. Esta conducta se ve más temprano en los varones que en las chicas.

Desarrollo de la sexualidad de los hijos

En 1995, luego de una larga investigación, Paul Okami, el célebre psicólogo dela Universidad de California, llegó a la conclusión de que “los chicos cuyos padres se muestran desnudos con toda naturalidad en casa suelen tener la autoestima más alta, ya que viven su relación con el cuerpo con absoluta naturalidad”. Bonner, otro investigador, asegura que el nudismo de los padres puede provocar confusión en los hijos. Los chicos no saben qué hacer con eso. Es demasiado para ellos.

Situaciones difíciles - Sexualidad infantil

Bañarse juntos, los "piquitos" sobre los labios, la desnudez…. La crianza de los niños incluye muchas situaciones que a veces no sabemos cómo enfrentar, sobre todo cuando tratan temas considerados tabúes dentro de nuestra sociedad. Especialistas en psicología infantil despejan todas las dudas.

Los niños no vienen con manual de instrucciones abrochado al pañal. Y más allá de las indicaciones de las enfermeras sobre cómo limpiar la herida umbilical, los flamantes padres salimos del hospital con un mundo de inexperiencia por delante. ¿Conclusión? Tarde o temprano, llegan. Es inevitable. Las dudas están ahí. Forman parte de la paternidad. Todos los padres, en algún momento, las tenemos. Las más comunes surgen frente a situaciones de la vida cotidiana, y nos llevan a replantearnos nuestro accionar: "¿Estaré manejando bien la situación?" "¿Qué le digo?" "¿Lo censuro?" Sobre todo cuando envuelven temas considerados tabúes dentro de nuestra sociedad, como la desnudez entre padres e hijos, la represión sexual o la definición de cada rol. Aquí, especialistas de psicología infantil nos responden cómo enfrentar los casos más comunes.

ROLES CONFUSOSLa nena compite con la mamá por el amor del papá.
Situación:
 la nena se pone los zapatos de la madre y le dice: "Quiero pintarme para estar linda como tú para que papi se case conmigo." 
"A partir de los 3 y hasta los 5 años, las niñas están 'enamoradas' de su papá y ven a la madre como la 'bruja' que impide la realización de ese deseo," explica la psicóloga Diana Liniado. ¿Qué se puede hacer en esta etapa? "Ser tolerantes, pero al mismo tiempo poner límites: no hay que dejar que los chicos ocupen el lugar de la madre o del padre. Se debe aceptar la rivalidad sin ponerse a la par del chico, defender a la pareja con buen humor, y no humillar al niño," responde la especialista. 

PIQUITOS CON MAMA Y PAPA
Los besos en los labios entre padres e hijos: ¿sí o no?Hoy en día los piquitos se generalizaron como muestra de afecto entre padres e hijos. Los chicos, que los reciben desde que tienen memoria, lo toman como algo natural. Pero no todos los adultos reaccionan de la misma manera frente a esta expresión de afecto. La psicopedagoga Mariana de Anquin, de Orientar, lo explica así: "El desconcierto que despiertan los piquitos en algunos adultos está generado por la propia interpretación que hacen del episodio, que tiene una connotación sexual desde la visión del adulto. Pero no tiene ese sentido en los primeros años del niño." Labrit sugiere: "Hay que ayudarlos a discriminar en qué situaciones y con qué persona esto es adecuado, de acuerdo con el código que le querramos transmitir." Por ejemplo, explicarles que con los padres está bien, pero con desconocidos no. La licenciada Zulema Pinasco no está tan de acuerdo con los "piquitos": sostiene que promueven una cercanía que no corresponde a la relación de padres e hijos. Mientras que Diana Liniado toma una posición más neutral: "Los padres debemos evitar sobrecargar de estímulos la sensibilidad de un niño. El amor paterno-filial es siempre casto."

LOS PRIMEROS PUDORESCuando no se quieren cambiar en el vestuario frente a otros chicos
Situación: 
dos nenas de cuatro años se niegan a desvestirse en el mismo cuarto. Cada una quiere hacerlo a solas, por separado. Para la psicóloga infantil Diana Liniado, autora del libro "¿Cómo era ser niño?": "El pudor es una señal de madurez. Aparece cuando los chicos comprenden que hay partes del cuerpo que no se exhiben en público. Esas partes no son pecaminosas, sino todo lo contrario: son dignas de orgullo pero están reservadas para la intimidad." Lo mejor es respetar sus deseos, dentro de lo posible y si quiere cambiarse a solas, tendrá que esperar a que terminen de hacerlo los demás.

DESNUDOS EN FAMILIA
Bañarse con los padres
Situación: 
la nena de tres años solía bañarse junto con su mamá, pero ahora llora porque ya no la dejan. ¿Hay una edad límite?
"Bañarse con los hijos se transformó en una manera de romper el tabú del desnudo en casa y también de abrir espacios para una nueva concepción sobre la sexualidad. Un válido intento de romper los miedos y recelos ancestrales sobre el cuerpo. ¿Hasta qué edad pueden papá y mamá bañarse con su hija o hijo? Es importante tomar en cuenta que los niños poseen su propia sexualidad con deseos, fantasías y experiencias placenteras. Y corresponde a mamá y papá evitar transformarse en objeto real de esa sexualidad a través de la mirada o los tocamientos. Hacia los 4 años, los niños buscan su propia intimidad, por ende, querrán bañarse solos," comenta Alexis Costa, una psicóloga ecuatoriana que escribió un artículo sobre el tema.

Bañarse con hermanos de distinto sexoLa licenciada Zulema Pinasco, psicoanalista especialistas en niños es contundente: "El cuerpo y la sexualidad es de cada uno. Cada uno debe tener su ambiente privado respecto del cuerpo y la intimidad. Los chicos tienen que bañarse solos, tener su espacio aparte. Aun con los hermanos, es mejor que se bañen cada uno por su lado. Pero si no se puede evitar el baño compartido, en edades tempranas no es demasiado conflictivo."

LA PUERTA CERRADA
La desnudez de unos y otros
Situación:
 el padre dejaba la puerta abierta mientras se cambiaba hasta que su hija de 2 años empezó a mirarlo fijo cada vez que estaba desnudo, y decidió cerrar la puerta. ¿Es correcto mostrarse desnudo frente a los hijos?
La licenciada en psicología infantil Marcela Labrit, directora de Orientar, asegura que depende de varios factores: "Primero, el código socio-cultural que adjudica las pautas y valores de la sociedad. Porque en las playas europeas es común observar a las familias bañándose desnudas, pero en otras sociedades eso no es habitual. Segundo, los códigos familiares: cada familia toma del código socio-cultural aquellos valores y pautas que considera apropiados. Y en tercer lugar, hay que tener en cuenta la etapa evolutiva del niño." La psicopedagoga Mariana de Anquin explica: "La coherencia entre estos tres factores es lo que en definitiva va a traer consecuencias favorables o desfavorables en los chicos. Para un alto porcentaje de nuestra sociedad, la desnudez paterna frente a hijos chiquitos, hasta 1 o 2 años, es aceptable. No así en edades más avanzadas." Porque cuando no existe coherencia entre los códigos culturales y los familiares, puede haber consecuencias: "Por ejemplo, el niño podría no tener claro dónde puede estar desnudo y con quién," explica Labrit.

EL JUEGO MAS FAMOSO
¿Quieres jugar al doctor?
Situación:
 cuando algún chico propone jugar al doctor, enseguida se reparten los roles. Rara vez los demás se niegan. "Yo soy el doctor," dice uno. "Bueno. Y yo hago de cuenta que tengo fiebre," contesta inmediatamente otro. "Jugar al doctor para investigar el cuerpo y las sensaciones que se despiertan, es una manera creativa de aprender y de hacer trabajar la imaginación, siempre y cuando los niños no insistan en querer exhibir sus cuerpos desnudos, y en determinadas 'prácticas'. La exhibición de las zonas genitales produce un aumento de tensión imposible de descargar," explica Liniado. Y Labrit agrega: "Cuanto más pequeños son los chicos, más expresan conductas sexuales sin inhibición, como mostrar deliberadamente partes de su cuerpo, o pueden tomar la forma lúdica de jugar 'al doctor', tratar de mirar a las personas cuando están desnudas o vistiéndose." Los chicos actúan de forma espontánea y carecen de las represiones del mundo adulto. El juego es la manera en que expresan sus sentimientos y deseos, y como recrean las vivencias y roles de su vida cotidiana. "El problema no está en el juego en sí, sino en cómo se juega. Es decir, en la manera, la frecuencia e intensidad en que juegan. Además, para cada edad existe un repertorio de conductas sexuales frecuentes, que deben cambiar o desaparecer con el desarrollo. Un ejemplo de esto y que pone un poco nerviosos a los adultos es cuando los chicos tocan los pechos, levantan las polleras o tratan de observar el cuerpo desnudo. Estos comportamientos son normales entre los 2 y los 5 años, pero disminuyen entre los 6 y los 9. Conviene intervenir cuando el juego no está de acuerdo a los códigos familiares que querramos transmitir," concluye la licenciada Mariana de Aquin. 

INVASION DE TERRITORIO

Dormir en la cama "grande"
Situación:
 el chico se trepa a la cama de sus padres en medio de la noche, y los adultos, cansados, prefieren correrse y seguir durmiendo en vez de levantarse, llevarlo a su cama y volverlo a dormir. Situación 2: la nena de 4 años no se duerme si no es entre sus padres. Ellos la dejan para compensar lo poco que la vieron durante el día y después la pasan. Son dos situaciones típicas que tienen a la cama paterna como protagonista principal de la historia.  Aquí todas las especialistas coinciden: la cama matrimonial es sagrada. "El lecho de los padres es el lugar que mejor representa el deseo entre papá y mamá. La exclusión del niño de ese lugar reservado para la pareja de sus padres, lejos de humillarlo, lo valoriza como ser humano sexuado independiente, que está formándose como hombre o como mujer. La tentación de padres e hijos es a menudo muy fuerte, pero la prohibición debe ser aun más fuerte," dice Liniado. Zulema Pinasco tiene la misma postura: "Los chicos deben tener su espacio y los padres otro porque, de lo contrario, se detiene el crecimiento y el desarrollo. Cada niño debe ir delimitando su intimidad. La cama es del ámbito de la pareja de los padres, donde los niños no deben estar."

Confusión de roles en la vida...

Luchando siempre y aunque se me malentienda lo hice y lo hago en esa búsqueda de lograr que mi hija encuentre ese afecto en su padre, ese acercamiento, el cual yo no tuve, ni mucho menos Daniel y creo que la mayoría de nuestra generación lamentablemente tuvo de alguna manera la ausencia de imagen paterna...

Recuerdo cuanto hablé, advertí y amenace a Daniel y no lo digo con orgullo ojo, para los que me conocen de cerca, soy impositiva, aprendí las cosas a la mala, triste... intento mejorar...antes que nuestra hijita naciera, un buen día me dijo, yo voy a ser igual que mi papá, seré igual que el , porque a mi me fue bien así, claro, según su punto de vista en ese momento...


Analizando cada detalle que Daniel me contaba y que el pretendía imitar, comprendí que, mi suegro venía tarde solo a descansar y como para disculpar su ausencia llegaba con su chocolate y los ponía bajo la almohada de cada uno de sus hijos, a el nunca lo vieron en el colegio, solo mi suegra existía en esas lides, también con que orgullo me contaba que la primera vez que le dio a él un abrazo y le dijo que lo quería,  fue cuando terminó su carrera en la universidad y bueno tantos otros pocos momentos de la vida junto a su padre. Daniel no fue victima de violencia física, aunque si, de mucho maltrato psicológico aunque no de parte de su padre precisamente, luego hablaré de esa parte tan dolorosa.....volviendo a lo que compartian ellos, reuniones, cenas famililares, cumpleaños, dia de la madre, del padre, navidades, años nuevos, mucha comida, porque hasta donde yo recuerdo, el señor Félix, siempre brindaba alimentos a todos los que estaban a su alrededor, siempre estaba como preocupado pensando que todos tenian hambre, el no podia estar tranquilo si no estaban todos comiendo, al parecer habia quedado en el algún recuerdo de esas carencias quizas en su niñez, lo que causó que el siempre tuviera en mente el suplir la alimentacion a todo aquel que llegara a su casa, el ofrecía siempre algo que comer, era su forma de dar cariño, mas otra forma de prodigar amor, aquel que los hijos deben ver prodigarse entre sus padres y de ellos hacia sus hijos, era prácticamente nula, era así su forma de querer, así fue criado y no aprendió otra forma de dar amor, era un hombre que mostraba poco afecto, un afecto condicionado, condicionando a sus hijos a obtener logros y dar amor solo al obetenerlos, es triste que haya sido asi, lamentablemente lo veo hasta ahora, sacas buenas notas, yo te amo, sacas malas notas, no sirves para nada, te descarto, no eres mi hijo, algunos padres cometen ese grave error con sus hijos, cuando pienso que un padre debe brindar amor incondicional siempre, asi los hijos crecerán como personas seguras de si mismas y sobre todo amadas por los pilares para un ser humano, sus padres.
Fue entonces que yo le dije a Daniel, perfecto, pasa que, tu tuviste hermanos que cumplían esa función , fue delegada a ellos esa tarea, tarea que corresponde a un padre, pero nosotros dos tenemos solo una hija y no hay hermanos que cumplan esa función para Fátima y entonces  ¿acaso solo tendrá mi afecto? ¿solo tendrá un te quiero cuando termine un grado universitario? ¿acaso yo debía aceptar ese tipo de crianza para nuestra hija? Dije no y es no y no y no...

La presencia de mis cuñados mayores, en especial de mi cuñado Alberto, ha sido de vital importancia en la vida de Daniel, el reemplazó esa ausencia paterna que había en casa, quizás mas academicamente que afectivamente, quizás impuesta por mi suegra o porque era así simplemente en las familias antiguas, que las hay hasta hoy tengo entendido y veo, la confusión de los roles en la familia...de todos modos es un hombre que fue el padre (hermano) que hubiéramos querido tener muchos

En mi caso, mi padre también estuvo ausente, era un tipo abusivo y golpeador, quizás por frustración,  a todos trató así de mal en la familia, a él lo formaron así en el abuso tanto mental como físico y supongo que a pesar que se dio cuenta en algún momento de su vida, no pudo mejorar en ese sentido, quizás enfermó mentalmente, no logró mejorar como padre menos como esposo, tampoco tuvo el apoyo de mi mamá, en la disciplina que debieron tener para con sus hijos varones, el descuido que sufrieron al vivir solos a temprana edad, si, ellos fueron a otro lugar a pasar el dia y la noche en otro lugar cercano, ya que nuestra casa en Próceres tenía solo una habitación, ahi hacian lo que querian, lamentablemente les faltó tanto el afecto como la disciplina,  el tipo de trato que recibieron mis hermanos fue muy duro de parte de ambos pienso yo, de padre y de madre, todo esto llevo a crear en ellos mucho resentimiento, que derivó en drogas y alcoholismo. En el caso de los golpes fui la única que se le enfrentó pero eso formó en mi el estar siempre a la defensiva, al ataque, pero el maltrato mental lo viví siempre, lo ví en el trato a mi mamá y a mis hermanos, de mis hermanos hacia mi mamá también, al ver como el esposo maltrata a la esposa , el hombre de la casa es maltratador, ellos tambien imitaban ese comportamiento, no los culpo, ahora, todos fuimos victimas de la generación anterior, generaciones anteriores.... aunque las cosas se pueden revertir, felizmente hay especialistas ahora.

Yo no tuve la suerte de Daniel, que si tuvo hermanos que pudieron suplir esa carencia de padre, que aunque presente  estaba ausente, yo tuve dos hermanos mayores, aunque solo cronológicamente siento yo, siempre añoré ese apoyo de hermano mayor, de protección, de guía, de ejemplo a seguir, que me tuvo que dar en primer lugar mi padre y que no fue así...

Debo mencionar que mi hermano José fue para mi, mi mejor compañero siempre, el único hombre en mi vida que me enseñó lo que es el amor de hermano, nuestras vivencias, nuestras peleas, todo eso fue para mi y es entrañable y lo añoro, en mi corazón y en mi vida, daría todo para volver a vivir esos momentos tan maravillosos junto a el, y los guardo en mi corazón y en mi mente siempre...sin embargo siento que me faltó eso de la protección real de un hermano mayor, ya que con el tiempo fui yo la que hizo de hermana mayor y hasta de Rudy, con el que tuve poco que compartir, ya que el también aprendio a estar ausente igual a mi padre, quizas por la falta de amor paterno y el maltrato físico, el siempre buscó afecto fuera de casa y de los suyos, de verdad siento en mi corazón que haya sido así...mis dos hermanos sufrieron mucho, demasiado...y no tuvieron quien los defienda, ni mi mamá tampoco, tampoco mi padre tuvo la culpa, así fue su crianza, mi abuela lo formó así, desgraciadamente para el y para nosotros...

Volviendo a Daniel y mi hija, para intentar que el tome su responsabilidad en su rol  de padre, empecé a poner en práctica ciertas rutinas, con la finalidad que se acercaran cada vez más, por ejemplo el llegaba a casa tipo antes de las 7pm y apenas llegaba, él se hacia cargo de la bebe, se duchaba, comía pero entre esas actividades estaba con la pequeña, veía su pañalito, su comida, jugaban, estaban padre e hija involucrados totalmente, muy a pesar de él, quien por cansancio quizas prefería descansar sin la presencia de la bebe, quería asistencia o mia, o de la empleada, que en ese momento nos apoyaba en casa, en especial con las tareas del hogar, ya que era yo quien estaba siempre con mi hijita, tuve que presionarlo bastante para que el logre involucrarse, hasta le dije que ibamos a prescindir de empleada para que el no recurra a ella para que lo cubra, ya que la idea era que el este presente para nuestra hija, no la empleada, menos yo, que ya pasaba todo el dia con ella, nuestra hija necesitaba ese espacio solo con el, su padre. 
Poco a poco, ese vínculo, se fue reforzando, ese espacio era un momento único para ambos, los acercó totalmente, él la bañaba, alimentaba, se encargaba de todo, no muy bien porque la ropa era un desastre, pero si estaba bien comida y el pañal limpio por lo menos, durante los fines de semana era mucho más este espacio para ellos, yo desaparecía.... eran ellos.
Cuando yo volvía el me contaba muy emocionado todo lo ocurrido, pienso que todos hubieramos querido eso, que nuestro padre estuviara ahi para nosotros, especialmente en nuestros primeros años que son tan importantes, aunque en todas las etapas el apoyo de los padres es vital..... luego detallaré algunas de aquellas anécdotas hermosas durante esos años...

¿Es quizás que se tienen demasiadas expectativas para un hermano mayor no? que como cada ser humano merece vivir su propia vida, sin cadenas que los obliguen a cargar con responsabilidades ajenas, que son nuestros padres los llamados a proteger y dar amor a sus hijos y enseñarles lo que es la vida, enseñarles a pescar como dirían algunos, no sobre protegerlos para no tener que mantenerlos por siempre en casa y hacerles pensar que es deber de los padres  cubrir necesidades básicas...así como también guardar para la vejez, para no ser una carga pesada para los hijos que necesitan vivir su propia vida y para su propia familia, sin que eso deslinde la responsabilidad que los hijos tienen con los padres en el trayecto de la vida y auxiliarles tanto como ellos hicieron con nosotros en su momento...


La vida, la vida....





Aquellos juegos...aquellos momentos hermosos

Leyendo en como mejorar y enriquecer la relación con mi hijita, María De Fátima y que tan importante es compartir con los hijos, la familia, en cosas tan simples pero trascendentes para la vida de toda persona, leyendo en como los padres andan preocupados en pensar siempre en que comprar, que regalo poder darles y romperse la cabeza pensando en que puede ser mejor,  compruebo una vez mas, que son las cosas mas simples de la vida, las que disfrutamos mas y debemos atesorar aquellos momentos con nuestros afectos, ahora recuerdo a mi mamá, recordaba cuantos momentos compartí jugando con mi mami, claro yo era  un poquito mayor que mi hija en esa época, jugábamos a ludo, a las cartas, en yases o yaxes, no sè como se escribe, pero igual... vinieron a mi mente tantos inolvidables momentos compartidos, las dos siempre y con amigas también, mi mamá participaba con nosotras, mis vecinas, niñas vecinas me refiero, y los cuentos, que te contaba la abuela Cata a ti y a mis tias, con sus gestos y ruidos jajaja, recuerdo perfectamente como la imitabas...

Gracias mamita, fuiste maravillosa, lo eres, te extraño tanto, como me enseñaste a compartir contigo, con José, en la hora del desayuno, de almuerzos, de pescadito frito en las noches de domingos, de algo tan sencillo pero que los tres compartíamos felices, no menciono a Rudy y es realmente una pena que  con el no hayamos ya compartido, siempre ausente, tomado, quizás refugiado en algún lugar con amigos, quizás buscando una familia o un grupo al cual pertenecer, no sé que pasó ahi, quizás ellos también lo hacían antes que yo naciera, pero entiendo que el siempre estuvo en otra... cuanto me hubiera gustado que el hubiera estado con nosotros, pero no fue así....a pesar de eso, los que nos mantuvimos unidos siempre fuimos mi mamá, José y yo, y tengo grandes recuerdos de aquellos años, a pesar de tener un hermano mayor y a un padre siempre ausentes, por eso es mas valioso y te doy las gracias por esos momentos que nos regalaste con tu ternura, tu entrega, tengo muy poco de ti mamita, intentaré imitarte, la vida me ha vuelto dura y demasiado reflexiva, quizás por tantas cosas que tuve que enfrentar siendo tan pequeña, que he ido perdiendo ese algo que es simplemente vivir, con alegría,  las cosas lindas que también gozamos, aprender a apreciar lo que te ofrece la vida y las personas...

Ese amor incondicional que pienso debe ser el regalo de nuestros padres, lo tuve de ti mamá, eres mi mejor ejemplo de amor, mi referente de apego a la familia, a las personas importantes en mi vida, tenías un corazón hermoso, tan noble, en tu persona no había lugar para resentimientos, ni heridas, por eso  no tengo dudas que gozas de toda la paz del Señor, y si el algún momento renegué que fueras una mujer sin carácter, solo Dios para juzgarnos, no soy quien para hacerlo, solo sé que eres y serás siempre importante para mi mamita... Luz Collantes Salinas :)

Sexualidad en los niños




PSICOLOGÍA INFANTIL

BAÑARSE CON LOS NIÑOS

1. ¿Hasta qué edad pueden papá y mamá, bañarse con su hija o hijo?



Antes que responder a este tópico es importante el manejo que tengan acerca de la desnudez o la sexualidad los padres. Si los padres consideran al cuerpo como algo natural que solo es cubierto por las necesidades del convenio social y la protección del ambiente y los elementos pero que no merece ser escondido en la confianza de la familia y por otra parte la sexualidad como parte de un acto que solo se hace con la persona amada en la intimidad, es decir que no hay choque entre estas ideas y otros pensamientos perturbadores que si pueden afectar este momento de compartir. Pues el baño puede compartirse hasta el momento de la aparición de las características sexuales secundarias con el padre del sexo opuesto y con los del mismo sexo por toda la vida si el muchacho lo desea, aunque es común que en la adolescencia el propio joven comience a buscar su intimidad en el baño.



2. ¿Está bien que los padres estén desnudos frente a sus hijos?


Es completamente normal y sano entender la desnudes como algo natural, dado que son más las personas que por haber experimentado una concepción de la desnudez y sexualidad en sus padres como algo nublado, oculto o hasta nulo en la adolescencia y adultez sufren de de mayor cantidad de problemas con su propia autoestima, la identificación sexual e incluso cantidad de conductas perversas y fetichistas.



3. ¿Cómo se debe manejar el tema de la desnudez en la familia?



Lo peor que puede hacer un padre o una madre es castigar de cualquier forma a su hijo/a por estar desnudo/a, dado que le están enseñando que el cuerpo es algo malo, sucio o incluso peligroso, creando una gran variedad de sentimientos de inadecuación, inseguridad que afectan el desarrollo de la autoestima e identidad que se manifestarán en el mediano o largo plazo.



Los niños deben entender que el cuerpo es algo natural y que deben quererlo y cuidarlo principalmente por su salud y amor propio sin caer por eso en la vanidad o el narcisismo. Quererse a si mismo también es querer tu cuerpo pero respetando los limites que establece el entorno social.Es por esta última razón que la necesidad de vestirse debe ser adiestrada como cualquier otra conducta, como una norma que hay que seguir de manera rutinaria al igual que el aseo, alimentación, etc. sin la necesidad de incurrir en castigos o cualquier tipo de violencia.



Finalmente la curiosidad sexual debe llenarse con información clara y precisa, dado que los niños en la actualidad están más informados de la sexualidad de lo que desearíamos los padres, por tanto es mejor contrarrestar esa información incompleta o distorsionada que puedan tener nuestros hijos con información clara que le permita entender a los hijos los valores, el tiempo, el género y la intimidad que diferencian a la sexualidad, del simple y natural acto de bañarse, el contacto físico y contemplar un cuerpo desnudo.



4. ¿Cuáles podrían decirse que son las ventajas de bañarse con los niños?



Bañarse con los niños permite el rápido reconocimiento del cuerpo y los órganos genitales como algo normal y natural lo que repercute positivamente en la autoestima y el desarrollo de la identidad del niño.De la misma manera se están evitando la posterior aparición trastornos o complejos asociados a la sexualidad.Y finalmente se están enseñando los importantes hábitos de higiene y aseo personal



5. ¿Y cuáles serían las desventajas?



El bañarse con los niños de manera saludable implica que los mismos padres sienten seguridad y amor primero por ellos mismos y luego por sus hijos, si los padres a su vez sienten complejos o inseguridad consigo mismos, o esto les despierta algún complejo o pensamientos perturbadores pues esto igualmente se lo transmitirán a sus hijos.



6. Cualquier otra cosa que desee agregar, que considere de importancia para tratar el tema:



Hay muchos elementos que hay que considerar en la actualidad que afectan a que los niños desarrollen conductas desviadas en el ámbito sexual por recibir una información descontrolada en especialmente por la vía del internet.El fácil acceso a la pornografía expone a los niños a desarrollar una curiosidad sexual que a veces desemboca en prácticas ingenuas de las cosas que ven en fotos y videos y que a largo plazo cuando hay conciencia de el elemento sexual de las mismas se convierten en fuentes de conflictos de identidad, complejos e ideas falsas sobre la sexualidad.



El bañarse con los hijos permite bajo estas circunstancias también en un elemento didáctico en el cual podemos contrarrestar esa información errada y transmitirles a nuestros hijos valores y juicios claros acerca de la sexualidad sana y responsable.



Ahí en donde hay un vacío o un desconocimiento sobre la función sexual, pues se está dejando espacio para que ese vacío se llene con información errada proveniente de la pornografía o peor aún, alguna persona malintencionada que se aproveche de ese desconocimiento.



Finalmente un importantísimo elemento que se enseña a los hijos bañándose con ellos es que la desnudes o el contacto físico no implica sexualidad. En la medida que el niño experimenta el cuerpo desnudo como algo natural y el contacto físico como señales de aprecio y afecto pues está aprendiendo que ninguna de estas cosas están necesariamente asociadas a la sexualidad y por tanto se puede ser afectuoso o ver un cuerpo desnudo sin que esto conlleve a un acto sexual.

He evitado en todo momento usar ejemplos controversiales de los casos negativos que se ven en la consulta de manera cotidiana, que por lo normal se dan al dejar niños mal informados de distintas edades bañándose juntos, familiares distintos de los padres bañándose con los niños y otros tipos de situaciones de baño que eventualmente tienen desenlaces funestos, más mi intención no es sembrar miedos innecesarios sino dar información positiva y útil para los padres.



Muchísimas gracias por su colaboración.



Atentamente.-


El niño frente a los cambios.


Una de las principales funciones que desarrolla nuestro cerebro en la infancia es la búsqueda de patrones estables en su entorno, que con el paso del tiempo van a ser los mismos patrones que el individuo va a buscar llenar con sus estudios, su empleo y su pareja.

Esto nos puede dar una idea de la importancia que puede tener la estabilidad en los primeros años de vida, más aun así hay elementos cuya estabilidad tienen mayor relevancia que otros, como por ejemplo los integrantes de la familia nuclear por encima de cualquier otro componente material del entorno.

Aún así se entiende que el cambio de colegio, de vivienda o incluso cambiar de país de idioma de cultura son situaciones que impactaran en la psique de cualquier niño, por lo que esbozaré la manera más adecuadas de poder entender y abordar esta situación para que sea lo menos traumática posible e incluso se convierta en una situación agradable para el niño.

En principio todo es cuestión de actitud, si los padres o representantes del niño no se sienten seguros con la situación de cambio pues ellos mismos son los primeros que tienen que convencerse de los beneficioso que va a ser ese cambio para ellos para posteriormente poderle vender esa idea al niño. Es claro que si estamos llenos de miedos, inseguridad o dolor por el cambio pues eso mismo se lo transmitiremos al niño.

En segundo lugar hay que enfrentarse a la situación de apego, el niño seguramente ya ha desarrollado algunos hábitos alrededor del lugar donde reside, amistades en el vecindario, en la escuela, lugares a los que acostumbra ir un parque un centro comercial. O beneficios que entiende solo puede tener en su casa, las consolas su cuarto su televisor, etc.

Por tanto la primera tarea es aclarar las cosas de las que no se tiene que desprender o que simplemente va a tener un tipo de amistad distinta, como por ejemplo en los tiempos actuales gracias a los avances de las telecomunicaciones y el internet se pueden mantener los contactos con las amistades por lejanas que estén. Igualmente el seguramente podrá llevar gran parte de sus artículos personales y que considere importantes para él como una consola de videojuegos.


La segunda tarea en caso de las cosas que no pueda llevar o no pueda mantener el contacto es la idea de la sustitución, donde no tenga un televisor, una cama o un parque como a los que estaba acostumbrado pues se le debe convencer de que tendrá una igual o mejor en el lugar a donde van a ir.

Finalmente en este punto del desprendimiento hay que destacarle al niño las cosas novedosas que va a tener en su nuevo ambiente, siempre es fácil mostrar estas cosas con videos, revistas, fotos con los que transmitirle el entusiasmo al niño, y como una imagen dice más que mil palabras quizás esta sea una de las mejores estrategias para un niño.

En estos tres puntos es importante destacar que no todo va a ser verdad, no siempre vamos a cambiar a situaciones en las todo va a ser mejor, pero la idea es minimizar el impacto del cambio, y pues con el tiempo esto permitirá al niño una más rápida adaptación al nuevo entorno y las cosas que el niño se percate que no han sido mejores pues lo importante es destacarle que vendrán más adelante y no frústralo haciéndole pensar que nunca las tendrá.


En este último punto es importante destacarle la idea de la temporalidad, algunos cambios no son para siempre, algunas cosas solo duran un par de años y otras van mejorando con el tiempo y lo importante es pensar en esas cosas que uno desea tener así como se piensa en el regalo que le va a traer el niño Jesús, Santa Claus los Reyes magos o en su cumpleaños.

Finalmente hay que destacar los integrantes principales que se van a quedar con el en todo este proceso, que va a tener la compañía de su padre, su madre sus hermanos o alguno de ellos al menos durante este proceso. Si por alguna circunstancia estas personas se van a separar de él pues hay que resaltar nuevamente la importancia de las comunicaciones informáticas, y llegar a un acuerdo de que se mantendrá contacto con cierta periodicidad.

En resumidas cuentas lo más importante es no mostrar al niño el cambio como una situación de duelo, de pérdida, de separación, fragmentación o decaimiento, sino por el contrario como una situación de júbilo, de mejoría, de desarrollo, de evolución y de novedad en la que va a contar con aquellas personas que más lo quieren más toda una serie de cosas nuevas e interesantes con las que va a ser tanto o más feliz que antes.

Solo recuerde que usted, qué está promoviendo ese cambio debe ser el primero en estar al menos medianamente convencido de que ese cambio va a ser también beneficioso para usted y su familia.

Iván Freitas
Psicólogo – Psicoanalista
Redacciòn y arreglo: Licenciada en Psicologìa Eleana Valera



Juegos sexuales infantiles: curiosidad desde chiquitos


A menudo los adultos nos preocupamos por el modo de abordar las preguntas típicas de nuestros chicos – cómo y cuándo hablarles-, y olvidamos que ellos no sólo preguntan y elaboran teorías, sino que expresan su sexualidad en juegos y conductas de muy diferentes tipos.Estas conductas se originan ni más ni menos que en la curiosidad (necesidad de exploración), pero en muchos casos constituyen una búsqueda de placer por autoestimulación o por contactos con los demás.


 SENTIR PLACER CON EL PROPIO CUERPO
 El desarrollo de la sexualidad humana comienza con el contacto físico inicial, con los abrazos y caricias que el bebé recibe. El niño/a necesita vivir esa experiencia prolongada de sentirse protegido y querido por sus papás o por quienes cumplen la función de tales.

La capacidad erótica del ser humano comienza a desarrollarse en los primeros meses de vida. El bebé acariciado tiene más chance de madurar su capacidad de intimidad física y de sentir placer, que el bebé que no recibe caricias.

 LA MASTURBACIÓN O AUTOEXPLORACIÓN
 La autoexploración o masturbación es otra experiencia fundamental para el desenvolvimiento saludable de la sexualidad de niños y niñas. En muchos casos, antes del primer año de edad, el pequeño aprende a obtener placer con su propio cuerpo, pues descubre sus genitales en el juego mientras lo cambian: siente “cosquillitas” agradables y las vuelve a repetir, sin ser este juego ni más ni menos que un aprendizaje, un reconocimiento, de su propio cuerpo y un disfrute plenamente natural y saludable.

 LOS JUEGOS SEXUALES

Iniciando el segundo año de vida, pero por sobre todo a los 3 y 4 años, el niño no sólo toca sus genitales sino que intenta tocar los de otros. Estos juegos ocurren sobre todo entre hermanos, hermanas, primos, amigos y vecinos. Es la edad en que quieren jugar “a los doctores” y a “papá y mamá”. Con el juego buscan satisfacer su curiosidad, saber si los otros son iguales a ellos o diferentes.

En general, estos juegos son mixtos, y no están contraindicados; a veces somos los propios adultos quienes adjudicamos malicia a estas prácticas, sin darnos cuenta de que si hay algo malo en ellas, probablemente no radique en lo que los niños o niñas hacen, sino en el ojo adulto que proyecta allí sus pre-conceptos.

No olvidemos que así como el niño madura intelectualmente y quiere conocer cosas y fenómenos nuevos, tambien quiere conocer su cuerpo y sus sensaciones, y el cuerpo y las sensaciones de los demás.

Lo único recomendable es que los padres verifiquen que tanto niños como niñas que participan en estos juegos sean de la misma edad, y que ninguno participe obligado.



  • EL DORMITORIO DE PAPÁ Y MAMÁ

Suele ser bastante común que hasta los 4 años, aproximadamente, los niños entren en el cuarto de los padres y se metan en la cama. Incluso hasta a veces con más edad.

Un niño o niña puede ir a la cama de sus padres, una noche o una mañana, si les gusta, sin que esto deba ser motivo de una alarma.

Asimismo, una madre o un padre puede llevar a su cama, una noche o una mañana, a su hijo o hija, porque disfruta de ello, y no por eso debe culparse. Lo que no debería ocurrir es que se utilice al pequeño sistemáticamente como sustituto de algo que falta o como un objeto para calmar las ansiedades propias.

Si la excusa para llevarlo o llevarla es “que llora”, lo que debemos hacer para calmarlo cuando suplica llorando nuestra compañía, es acudir a su habitación. Allí podremos sentarnos a su lado, hablarle tiernamente, cantarle una canción o contarle un cuento, hasta que vuelva a conciliar ensueño.

Cuando nuestro hijo o hija sistemáticamente duerme en nuestra cama, la espontaneidad sexual de los adultos y del pequeño se perturba: el niño elaborará fantasías en torno a las relaciones sexuales, que no serán beneficiosas para su desarrollo emocional.



SUGERENCIAS

Regla básica: Siempre que el niño o la niña haga una pregunta referida a la sexualidad, responda, aunque sea para decir que no sabe la respuesta y que lo va a averiguar.

NUNCA DIGA: ”Cuando seas más grande te responderé” o cosas como:

*Preguntale a papá cuando llegue

*Preguntale a tu madre, eso es cosa de mujer

*Ahora no tengo tiempo

Y no finja que no escucha lo que el pequeño dice o pregunta.



ALGO QUE CONVIENE RECORDAR

 -Aunque no hable de temas sexuales con sus hijos, los educa igual en este sentido. De su actitud, fundamentalmente, depende que su hijo o hija aprenda que la sexualidad es algo bueno o malo, lindo o feo, sobre lo que se puede conversar o no.

 -La educación sexual es responsabilidad de la pareja y no de uno sólo de los dos integrantes. El padre que no participa se pierde de un proceso muy rico para él y para su hijo o hija.

-Ofrézcales información correcta, recuerde que cuando pregunta es porque está pronto/a para recibir la respuesta.

 -No le ponga sobrenombres a los genitales, llámele a las cosas por su nombre, refiérase a ellos con la terminología correcta, lo mismo que hace cuando habla de los ojos, las manos y los pies.

-Cuando refiera a los genitales señale siempre que ambos sexos son distintos, que a ninguno de los dos les falta nada, hable de tenencias, no de carencias.

 -Permítale que explore y toque su cuerpo, enséñele el concepto de “intimidad” que debe caracterizar los juegos sexuales, distinguiéndole del concepto “a escondidas”.

 -Las actitudes y comportamientos represivos pueden comprometer el desarrollo natural del niño o la niña, dificultando la realización de una vida sexual plena de placer y amor en el futuro (En casos de autoerotismo compulsivo, en que tanto niño o niña se estimulan todo el tiempo sin discriminar lugares ni momentos, consulte a un especialista en el tema a fin de determinar si esta actitud implica otra problemática)

 -Si ud. siente vergüenza al hablar de estos temas, no olvide que se debe probablemente a que es difícil dejar de lado la propia educación, pero entienda que se puede cambiar y que, de hecho, ya lo está haciendo al informarse a partir de esta nota.

 -Si su niño o niña no ha preguntado nada sobre sexualidad y ya tiene cerca de 6 años, es probable que haya recibido algún mensaje indicando que no debe hablar del asunto. Aproveche las oportunidades cotidianas –una mamá embarazada, un beso en una película, dos perritos copulando- para iniciar el tema.

 -Muy pronto su hijo o hija se dará cuenta de que es posible hablar de estos temas. No exija respuestas, no obligue al pequeño/a a hablar. Cuando él o ella lo sienta , tomará la iniciativa.